jueves, 9 de diciembre de 2010

Sans toi, les émotions d'aujourd hui ne seraient que la peau morte des émotions d'autrefois.

Hoy te vuelvo a echar de menos. Pero por una vez no echo de menos todo aquello que vivimos. No puedo dejar de pensar en todo aquello que no llegamos a hacer. En todo lo que nunca haremos. Y todo por culpa de nuestra cabezonería desmedida. Podríamos haber sido los mejores amigos del mundo, los dos lo sabemos, pero nos empeñamos en estropearlo todo. No ves lo que te ofrezco, y yo no puedo más que fijarme en todo lo que no me das. Nadie da ni un duro por nuestra amistad, pero ¿y? Soy una firme defensora de las causas perdidas. Y me basta con creer yo misma que esto podría ser posible. Que algún día podremos ser eso que yo sueño. Dos personas avanzando en paralelo, junto con muchas otras, por la vida. Dándose la mano. Levantándose mutuamente. Confesándose esperanzas y sueños. Compartiendo alegrías, luchando contra las tristezas.

Por favor, déjame ayudarte. Déjame ser esa persona en la que pienses cuando necesites ayuda a la hora de resolver un problema, sea cual sea el tema del mismo. Permíteme entrar en tu vida, ser parte de ella. Háblame de tus cosas más íntimas. Ábrete a mi. Quiero estar en tu cabeza y saber qué se esconde en ella. Conocerte tan bien como te conoces a ti mismo. Poder llegar a decir con orgullo, algún día: "Él es, ciertamente, mi mejor amigo en esta vida."

No hay comentarios:

Publicar un comentario