sábado, 26 de noviembre de 2011

Me asusta. Me asusta cómo cambian las cosas, y lo rápido que cambian. En un mes, una semana, un día, un segundo. En cualquier medida de tiempo. De repente echas la vista atrás y te das cuenta de que las cosas no son iguales, y que no volverán a ser como en el pasado. Sí, puede que haya veces que te alegres por ello, pero siempre acabarás sintiendo nostalgia. Aunque sólo sea por algún nimio detalle. 

Me frustra fijarme en ese último cambio. Me frustra no saber si es reversible. Es un cambio del que no me alegro. Me entristece. Mucho. Es algo que me gustaría volver a cambiar. 


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