jueves, 8 de julio de 2010

Never give up.

Una y otra vez llegas al mismo punto. Vueltas y vueltas y nunca te cansas de andar. Golpes y golpes y nunca te cansas de caer. Cada vez que te levantas después de una caída, das un paso atrás y tratas de reiniciar el camino, pero cada vez te das más cuenta de que sólo caminas en círculos. Tarde o temprano siempre llegas al mismo lugar. A un muro. Grande, alto, ancho. Imposible franquearlo por los lados, pues se extiende hasta donde tu vista te permite ver. Imposible también pasar a través de él, ya que no hay puertas, ni grietas, cortes, fisuras, hendiduras, resquicios o huecos en su superficie. Te sientes impotente. Piensas ¿Qué hago aquí intentándolo otra vez? Quizá simplemente debería tratar de desandar el camino y encontrar otro lugar. Lo miras una vez más. Tan alto, tan grande, tan intimidante. Te lo imaginas sonriendo, vanagloriándose. Riéndose de ti por tantas intentonas sin resultado.


Y de repente notas un hormigueo que te sube por los pies y te alcanza la punta de los dedos. Un calor que se extiende por tu pecho. Una esperanza, un nuevo arranque de valor. La idea de que quizá esta vez sí. Quizá esta vez consigas superar este viejo obstáculo. Una vez más, solo una intentona más. Una nueva oportunidad. Te das impulso y poco a poco vas agarrándote a los pequeños rasguños que hay en el muro. Te vas dando cuenta de que tampoco era tan difícil. Primero una mano. Luego la otra. Un pie. El otro. Poco a poco. Paso a paso. Y ¡qué extraño! No resulta tan difícil como hasta ahora habías pensado. ¿Será quizá por ese coraje nuevo? Quién sabe.

El caso es que antes de que te des cuenta, ya estás arriba. Por fin. Después de tantas veces, tantos fracasos. Por fin lo has conseguido. Te giras para mirar lo que hay detrás de ese muro, lo que tanto ansiabas ver. Y te das de bruces contra otro muro. Pero esta vez no desfallecerás, ni siquiera pasará por tu cabeza la idea de rendirte. Porque ya has pasado el primero, tu gran prueba. Y a partir de ahora sabrás que podrás con todos aquellos obstáculos que vengan detrás. Tardarás más o menos, pero el tiempo da igual, porque sabes que acabarás llegando a tu meta. Y eso es lo que importa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario